un hombre dice que la piedra de tu mano no es piedra
y en la orilla del mar las no piedras están tibias
yazgo sobre ellas me arrastran
hasta el centro ígneo de la tierra
geoda mi cabeza y pellín mis brazos:
el sol emerge de la boca del Budi
las palabras palabritas de distintas formas
pulidas rotas geodas
negras grises en su mayoría semipreciosas
están esperando romperse a la orilla
mar inquieto turbio se traga la orilla en su reclamo:
mar hambriento.
yazgo sobre ellas:
este día no creo en nada
tan solo sé del viento
de las crestas rompientes de las olas
del calor que sale de mi pecho
y mis ojos cerrados como noche
qué nos empuja?
qué nos atrae hacia la orilla?
la tele de nuestras cabezas
repiten las mismas historias
los mismos titulares que usaremos
para envolvernos y arder sobre
nuestras camas
El único peligro es guardar silencio
El único peligro es una traición
Todos esos años caminados con prisa
viendo los verdes jardines vecinos
con una tormenta en mi rostro
qué era eso que nos decíamos?
qué llevábamos entre los dos que no había espacio para un beso?
nuestros nombres sonaban distintos:
Eli
Tú
Mis ojos amanecieron estos años
en un cielo azul.
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