mar de rocas

un hombre dice que la piedra de tu mano no es piedra
y en la orilla del mar las no piedras están tibias
yazgo sobre ellas me arrastran
hasta el centro ígneo de la tierra
geoda mi cabeza y pellín mis brazos:
el sol emerge de la boca del Budi


las palabras palabritas de distintas formas
pulidas rotas geodas
negras grises en su mayoría semipreciosas
están esperando romperse a la orilla
mar inquieto turbio se traga la orilla en su reclamo:
mar hambriento.


yazgo sobre ellas:
este día no creo en nada
tan solo sé del viento
de las crestas rompientes de las olas
del calor que sale de mi pecho
y mis ojos cerrados como noche


qué nos empuja?
qué nos atrae hacia la orilla?


la tele de nuestras cabezas
repiten las mismas historias
los mismos titulares que usaremos
para envolvernos y arder sobre 
nuestras camas


El único peligro es guardar silencio
El único peligro es una traición

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