sueño con recreos

Le digo señor
que al mirar por la ventana
dan ganas de llorar

Luces pequeñas me guiñan los ojos
diciendo Ey, aquí hay otro
también esperando

Resistiendo

Anhelando que llegue el día
en que los relojes no suenen en las mañanas
más que para avisar
que está listo el pan.

Y la turbina de la micro
vuelva a ser una ballena
que nos despierte temprano -suavemente-
con su canto bajo el agua

sí, dan ganas de llorar
sobre todo cuando el grillete me pesa
y el caminar es tan difícil

Dicen que esas horas son olvidables
pero son tantas, sabe usted,
que tan sólo quisiera cambiarlas
por millas submarinas
y atardeceres en Isla Negra.

Comentarios

Miguel Eduardo Bórquez ha dicho que…
Espero lo mismo: un día sin temer a los relojes.

Llegará?

Cariños.

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