Vuelve el alma al cuerpo


Siempre está en la sombra, cariño
saliendo de mi boca
apareciéndose al abrir las puertas
cada vez que se abren los closets
o se cierran las camas
cayendo tibiamente por las cortinas
como el agua de la lluvia
huyendo por la alcantarilla
insinuándose en las vitrinas y
en el bip de los torniquetes

La luz que viene desde fuera
de ti
de tu existencia en el momento más dichoso
en que pude hayarte
desde dentro viene
y se contiene como las sonrisas que regalamos
en la calle
a los desconocidos
cuando nos acordamos de mi de ti
podrías gritar el deseo
desde los árboles incendiados
y desde allí
sobrevivirían todas las hierbas
debajo de tus plantas


Entonces toco una pequeña parte de ti
algo que podríamos decir es tu aura
o el calor de tu mano
y que se repite en la existencia
a lo vasto de nuestras vidas en los puertos
brumosos de la región
que contiene nuestra pequeña y frágil conciencia
por un fuerza que se dice destino
el imaginario y trastocado trasvestido destino
que no es más que el deseo
de toda la existencia humana
pero en mis venas.


Intermitente mi ojo se posa en tu ojo
sostengo la mirada para que sepas que vivo
cierro mis ojos para que sepas que tengo miedo
abro el oido la boca los brazos
en un abrazo que se cierra y se abre
que dure por todos los gloriosos segundos
de ensueño de tazas de te y ventanitas
ligeramente entreabiertas

Se abren hasta las flores y trepan las enredaderas;
el mar te acaricia lleno de frío y playa
tus pisadas van quedando con una pequeña luz
que se escurre con el agua retrocediendo
el tiempo retrocediera
para hayarte temprano en las notas
no existiera el tiempo para estar
cantando estas melodias de las temporadas
de cosechas y uvas dulces

Donde se podría contener tu voz
para escucharla al abrir las manos
y cerrarlas con las tuyas enredadas
dónde se podría sostener la piel esa
que llevas para todas partes
y abrazar el aire el sueño la caída




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