Fantasmas en la cocina

La casa está vacía.

Los muebles volaron siguiendo a los queltehues
que les llamaban por su nombre
-innombrables para un humano en mi estado.

no necesito más que mi piel para sostenerme en el piso
que requiere una lustrada de calcetines
o un revolcarse sobre la alfombra vieja.

Las cortinas transparentes sólo aquietarán a la luz
y las miradas pueden entrar y no tocar
aunque lo quieran

En la casa vacía los susurros vienen
desde el comedor de un recuerdo de la niñez
el revolver de una taza blanca de loza china
una cuchara de peltre que la abuela limpiaba con arena

Desde la cocina vienen los ruidos de los fantasmas
que le siguen a uno como a la luz
y que uno sin querer les dejó pasar quizás por respeto

Prendo una vela y les canto suave
váyanse ya, que su mamá los debe estar llamando.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Eli...me ha encantado leer tu texto. Lo he hecho más de una vez...vuelvo y vuelvo, pero no he dejado "comentario literario". Es que...es tan de adentro lo que transmite, que no puedo decirte más que es bello.

Un beso...y vuelve pronto y BIEN!
Milo Pratt ha dicho que…
Hola, llegué por aquí dando vueltas y vueltas por internet... me gustaron mucho tus poemas... muy íntimos y profundos, tienen una resonancia que llega muy adentro, me recuerdan mucho lo poemas de Teillier (que me encanta), sobretodo este último.
Felicitaciones y saludos.
Si puedes, date un vuelta por mi blog:
http://lacasadelsimio.blogspot.com
Masunodos ha dicho que…
Son un soplo de aire fresco.
Saludos.

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